La síntesis de la problemática de la estructura urbana de Irun cabe definirla desde el condicionante que para su configuración urbana ha supuesto la ocupación del espacio ferroviario en el territorio, así como de las consecuencias derivadas del crecimiento urbanístico de las últimas décadas que, en muchos de los casos, responde al desarrollo de aprovechamientos urbanísticos excesivos con el uso inadecuado de tipologías edificatorias no acordes con el territorio.
Este crecimiento ha sido realizado sin la generación de elementos estructurantes que permitieran una correcta relación entre las distintas partes de la ciudad que han ido desarrollándose en base a Planes Parciales inconexos. A esta problemática básica cabe añadir una insuficiente infraestructura viaria que conlleva una excesiva presión sobre los trazados urbanos tradicionales.
Los grandes objetivos que con clara nitidez formula este Plan General se refieren a la reformalización del centro mediante una serie de operaciones de recualificación en diversos puntos que permitan reforzar un polo urbano verdaderamente atractivo en el entorno regional, a la calificación de nuevos terrenos para usos productivos que permiten resolver la conflictividad existente por la caducidad de la histórica función fronteriza de la ciudad de Irun y a la redefinición de la dialéctica entre territorio urbano y áreas no urbanizadas dentro del marco comarcal de la Bahía de Txingudi y el espacio natural de Aiako Harriak.